November 26, 2007

El pasado tira más que una yunta de bueyes

"Donde quiera que estemos lo que oímos más frecuentemente es ruido. Cuando lo ignoramos no molesta. Cuando lo escuchamos lo encontramos fascinante. El sonido de un camión a 50 millas por hora. La estática entre emisoras. La lluvia. Queremos capturar y controlar estos sonidos, y usarlos no como efectos sonoros sino como instrumentos musicales. Todo estudio cinematográfico tiene una biblioteca de "efectos sonoros" grabados en cinta. Con un fonógrafo de cinta ahora es posible controlar la amplitud y la frecuencia de cada uno de estos sonidos y darles ritmo dentro o más allá del alcance de la imaginación. Con cuatro fonógrafos de cinta podemos componer e interpretar un cuarteto para motor de explosión, viento, latido del corazón y corrimiento de tierras.
Si la palabra música es considerada sagrada y reservada para los instrumentos del siglo 18 y 19, podemos sustituirla por otro término más significativo: organizador de sonido.
La mayor parte de los inventores de instrumentos eléctricos intentaron imitar los instrumentos de los siglos 18 y 19, del mismo modo que los primeros diseñadores de automóviles copiaron los carruajes. Cuando Theremin aportó un instrumento con posibilidades realmente nuevas, los thereministas hicieron todo lo posible para que sonara como un viejo instrumento, imponiéndole un vibrato asquerosamente azucarado, e interpretando con él, dificultosamente, obras maestras del pasado. Aunque el instrumento es capaz de una amplia variedad de cualidades de sonido, que se obtienen girando el dial, los thereministas se comportan como censores, dándole al público los sonidos que piensan que le gustarán. Nos protegemos de las nuevas experiencias sonoras."

Fragmento de una charla dada por John Cage en...1937!




La imagen la encontré en una página muy interesante, "The Starving Artists" ("Los artistas muertos de hambre"), es John Cage cocinando un puchero.  Link

November 21, 2007



When the day is done
Down to earth then sinks the sun
Along with everything that was lost and won
When the day is done.

When the day is done
Hope so much your race will be all run
Then you find you jumped the gun
Have to go back where you began
When the day is done.

When the night is cold
Some get by but some get old
Just to show lifes not made of gold
When the night is cold.

When the bird has flown
Got no-one to call your own
Got no place to call your home
When the bird has flown.

When the games been fought
You speed the ball across the court
Lost much sooner than you would have thought
Now the games been fought.

When the partys through
Seems so very sad for you
Didnt do the things you meant to do
Now theres no time to start anew
Now the partys through.

When the day is done
Down to earth then sinks the sun
Along with everything that was lost and won
When the day is done.


Nick Drake 1948-1974

November 20, 2007

Cucarachas autómatas

    Científicos en la Universidad de Tokio han logrado desarrollar un dispositivo que al implantarse en la cabeza de una cucaracha, permite que esta sea controlada remotamente. El dispositivo, compuesto por unos electrodos y una mochila que se coloca donde normalmente van las alas, envía impulsos al sistema nervioso del insecto. Con un poco de experimentación y sin saber exactamente cómo funciona el sistema nervioso de una cucaracha, han logrado controlarlas hasta cierto punto.

“Los insectos pueden hacer muchas cosas que la gente no puede” -dice el profesor Isao Shimoyama, director del laboratorio de bio-robots de la universidad de Tokio. Shimoyama dice que dentro de algunos años insectos controlados electrónicamente llevarán mini-cámaras u otros dispositivos para realizar misiones especiales como buscar víctimas en los escombros de terremotos e inspeccionar recintos con alta radioactividad.
(...y espiar a civiles y detonar bombas y diseñar ejércitos de cucarachas que se apoderarán del mundo!!!)

November 17, 2007

Agregué el link de Radio Dupree-una radio de Suecia, practicamente el culini del mundo-pero con una música muy variada y toda buena.

Una cosita: es imposible abrir desde el Internet Explorer. Con el Opera se puede, con algún otro ya no sé.

Andá que te cure Lola (1947)



Che rea vestida a plazos,
con desplante de señora,
que no me das ni la hora
desde que chapaste al ganso;
acordate que este manso
con paciencia de mamita
cuando se acabó la guita
para parar el buyón,
empeñó hasta el bandoneón
para tenerte gordita...

No me mirés de reojo
por arriba de esas pieles,
yo manyo bien tus pasteles
pa’ que esto te cause enojo...
Cuando con tierra en el coco
te salvé de la perrera,
aunque estaba en la palmera
como pude te paré,
hasta que vino ese inglés
que te bajó la bandera...

Perdoname este arrebato
que no es el guiye de un boncha
pero reviento de bronca
porque hoy me dejaron pato...
Seguí con ese checato
y a mí no me des más bola;
y si la inglesa vitrola
deja un día de sonar
no me vengas a escorchar
“Y... andá que te cure Lola”.

November 14, 2007

John Berger:Palabras


Garganta abajo
se precipitaban
la gente y la sangre

en los helechos
inalcanzable
aullaba un perro

una cabeza entre labios
abrió
la boca del mundo

sus pechos
como palomas
se le posan en las costillas

su hijo mama el largo
hilo blanco
de las palabras que vendrán


II

La lengua
es la primera hoja de la columna vertebral
bosques de lenguaje la rodean
como un topo
la lengua
abre madrigueras en la tierra del habla

como un pájaro
la lengua
vuela en arcos de palabra escrita.

La lengua está amordazada y sola en la boca

Mañana todos al MALBA*

"Cuarenta y siete años atrás, marqué mi primer surco en la televisión. Hoy, sin LUZ Y CÁMARAS, quiero que recordemos juntos los momentos tan esperados de los martes a las 22.00 en TIEMPO NUEVO, 40 puntos de rating, sin necesitad de travestis, ni baile del caño, ni casamiento de lesbianas.

Presentaré el documental con que me han sorprendido mis amigos.  El día 15 de noviembre a las 18.00 en MALBA
- Avenida Figueroa Alcorta 3415 -

No me dejen solo,

Bernardo Neustadt
bneustadt@fibertel.com.ar


(*)¡¡munidos de tomates y huevos podridos!!

November 9, 2007

Revelan que grupo peruano fue el verdadero padre del Punk

El grupo peruano de rock "Los Saicos" es considerado el verdadero padre del Punk, antes de que este género musical apareciera en el Reino Unido, planteó hoy el diario peruano Perú 21.
El grupo estuvo conformado entre 1964 y 1966 por Erwin Flores, en la voz principal, Rolando Carpio, Pancho Guevara y César Castrillón, y editó un solo disco que, sin embargo, lo convirtió en "una leyenda del rock".
"Hace algunos años la revista 'Billboard' los nombró los padres del punk", destacó hoy el rotativo en un informe sobre la banda, que el viernes fue homenajeada por el ayuntamiento del distrito limeño de Lince, donde vivieron sus integrantes.
Según relataron tres de los músicos, ya que Carpio falleció hace dos años, aún se encuentran sorprendidos de ser la inspiración para bandas peruanas y del extranjero, como el famoso Iggy Pop.
"Es inexplicable porqué nuestra música pegó tanto. Sólo nos gustaba usar jeans y casacas de cuero, y hacíamos rock", detallan.
El crítico chileno Vladimir Garay afirma en un artículo publicado en internet que el grupo peruano "es una de esas bandas únicas, que parecen adelantadas a su tiempo".
Y es que ellos pueden hacer que los Misfits (banda norteamericana) parezcan un montón de niñitos en tontos trajes de día de brujas, cosa de escuchar los terroríficos aullidos en "Alcatraz" o "El entierro de los gatos", comentó.




"Los Saicos", cuyo nombre derivó de "Los Sádicos", para evitar a la censura de su época, han sido redescubiertos en los últimos años, al punto que en España se reeditó su único disco con tanto éxito que será relanzado en una versión en CD.
Los músicos revelaron que proximamente viajarán a España para asistir al lanzamiento de su placa y que en Europa y Estados Unidos al principio no creían que fueran peruanos.

November 3, 2007

Fraudes arqueológicos

Por Pablo Capanna-El famoso empresario P.T. Barnum (aquel que dijo “a cada instante nace un tonto”) no tenía por costumbre dejar escapar un negocio. Entre las atracciones que ofrecía su Circo Barnum exhibió una copia de un supuesto fósil, conocido como el “Gigante de Cardiff”, que venía de provocar grandes polémicas. Puesto que el Gigante original era trucho, el de Barnum resultaba re-trucho, pero aún así el empresario logró sacarle unos cuantos dólares.
El Gigante era un hombre supuestamente petrificado de más de tres metros de altura. Lo habían “encontrado” en 1869 unos obreros que estaban cavando cimientos en Cardiff, Nueva York. Un fabricante de cigarros ansioso de fama lo había mandado tallar en un enorme bloque de yeso y, a pesar de que la historia se derrumbó en cuanto confesaron los escultores, hubo multitudes que desfilaron para verlo.

Si un producto se vende, es porque hay demanda, o por lo menos hay una eficaz promoción que convence a la gente de que lo compre. Muchos de los que iban a ver al falso gigante eran fundamentalistas bíblicos y esperaban tener una prueba de que alguna vez habían existido gigantes. Hacía diez años apenas que Darwin había publicado su obra fundamental, y la polémica recién empezaba. Diez años más tarde, hasta la teósofa Mme. Blavatsky, que se ensañaba tanto con la Biblia como con Darwin, iba a enseñar que gigantes y dinosaurios habían convivido con el hombre. Esa era la clientela de Barnum.
¿POR QUE HACER TRAMPA?
Los fundamentalistas de todos los signos suelen caer en la tentación del fraude. Hasta llega a parecerles justificable, en cuanto sirve a una causa noble por definición. A la fecha, los creacionistas yanquis siguen jurando que tienen una prueba contra Darwin: unas supuestas pisadas humanas entremezcladas con huellas de dinosaurios, que dicen haber hallado en Paluxy Creek, cerca de Dallas.
Más de un siglo antes, alguien quiso darle a Darwin una mano espontánea y fraguó el famoso Hombre de Piltdown. Nunca se supo quién fue, pero la lista de sospechosos llegó a incluir a gente como Conan Doyle y Teilhard de Chardin. Mucho más burdo, el alemán Haeckel inventó al hombre-mono Pithecantropus y la protocélula monera, de los cuales hizo imaginativos dibujos antes de ser denunciado.
Una de las motivaciones más comunes del fraude arqueológico es el nacionalismo. El fraude de Piltdown se pergeñó para probar que el primer hombre había sido inglés. En 1922, el norteamericano Henry Osborn, partiendo de un solo diente, inventó a su propio protohumano, el Hombre de Nebraska o Hesperopithecus, que durante un tiempo anduvo hasta por los libros de texto. Otros pregonaron haber encontrado en territorio estadounidense huellas de la presencia de vikingos, que nunca fueron corroboradas. El japonés Shinichi Fujimura hizo su aporte cuando anunció que había encontrado arcaicas herramientas de piedra en Japón, pero tuvo tan mala suerte que le sacaron una foto cuando las estaba enterrando.
El sensacionalismo puede ser otro motivo. El avance de las ciencias suele ser lento y prosaico, pero los medios necesitan descubrir teorías revolucionarias todos los días, cuando no ponen títulos escandalosos como “Cada vez son más los gordos que están excedidos de peso”.La pseudo historia y la pseudo arqueología nacen casi siempre en defensa de un interés extracientífico, que puede ser la búsqueda de la fama. También ocurre que quien se cree autorizado a engañar confíe en que la realidad acabará por darle la razón. Esto vale tanto si quiere defender la lectura más pedestre de un texto arcaico como cuando sueña probar que su pueblo tiene un destino manifiesto, trazado por sus gloriosos ancestros.
A veces, la intención es más comercial que ideológica, como ocurrió entre los ‘60 y los ‘80 con la moda de los “astronautas del pasado” de Von Däniken, Berlitz y asociados. Descubrían astronautas en los bajorrelieves mayas, pistas de aterrizajes en la costa peruana y pilas blindadas en el Irán medieval, pero por lo menos no fraguaban pruebas.
REESCRIBIENDO LA HISTORIA
Desde que existe la Historia escrita, no faltaron los poderosos que se tentaron de mandar a reescribirla para justificarse, cambiando el elenco de héroes y villanos, el calendario escolar, los censos, las pesas y medidas y hasta el pronóstico meteorológico.
Pero cuando se empieza a violentar la realidad para que se ajuste a nuestros deseos, lo que abarca desde manipular las estadísticas hasta urdir falsas historias y falsos documentos, estamos en problemas. Nos puede llegar a pasar lo mismo que a aquellos ciudadanos descalzos de la novela 1984 que aplaudían de pie el record en la producción de calzado.
Sería difícil encontrar un caso más agudo de violación de la realidad para imponer una ficción política que el caso del nazismo. En poco más de una década se propuso modificar no sólo el presente y el futuro sino hasta el pasado, para construir una pseudo historia que justificara su megalomanía. Uno de los recursos que eligió fue la pseudo arqueología. Aun en medio de una guerra que consumía todos los recursos, dedicó grandes esfuerzos a reconstruir un glorioso pasado germánico que nunca había existido. Según la fórmula de Himmler, “una nación vive feliz en el presente y el futuro si es consciente del pasado de grandeza de sus ancestros”.
Lo que sabían los historiadores de los primitivos alemanes era bastante poco. Estaba casi todo en un libro que escribió el historiador Tácito en el año 98 de nuestra era, para alertar a los romanos. En La Germania, Tácito pintaba una sociedad de temibles y austeros guerreros. Entre ellos, la tribu más importante eran los “Hermiones”. (¡Sí, como la chica de Harry Potter!)

A comienzos del siglo XX, el vienés Guido von List (1848-1919), uno de los ideólogos del racismo esotérico, partió de esa palabra para imaginar toda una civilización. Los primitivos eran los “Armanen” y su milenaria religión se llamaba “Armanenschaft”. En ella, List refundió ideas de la teosofía (de la cual tomó la esvástica y los continentes perdidos), el hermetismo, los rosacruces, los templarios, etcétera.
Una de las ediciones más antiguas de La Germania era un códice del siglo XVII, propiedad de un aristócrata italiano. Cuando Hitler visitó a Mussolini, le exigió la repatriación del texto patrio. Pero como los italianos también eran nacionalistas, le respondieron con una grosería napolitana. En 1943, muerto ya el Duce, un destacamento de la SS hizo grandes destrozos en la villa de Ancona, pero ni siquiera entonces logró encontrar el libro.
El primero en fabular una arqueología fantástica de la germanidad había sido List, convertido al paganismo desde que encontró un altar de Wotan en los cimientos de la Catedral de Viena y peregrinó a las ruinas de la ciudad romana de Carnutum.
List no estaba solo (en su tiempo pululaban los pangermanistas y los racistas), pero sus ideas influyeron en los primeros nazis casi tanto como las de Jörg Lanz.
Aunque sus veleidades ocultistas fueron rechazadas por el régimen, el pangermanismo era ideal para una política expansionista: enseñaba que todos aquellos lugares donde había alguna huella de presencia “germánica” era un territorio usurpado por los bárbaros. Esto no sólo valía para Polonia o Checoslovaquia. Los griegos antiguos, por ejemplo, habían sido germanos puros, como habrán sospechado los lectores de Heidegger.
RELIQUIAS DEL SUPERHOMBRE
El patrono de los pseudo arqueólogos nazis fue Heinrich Himmler, el “místico” del régimen. El jefe de policía del Reich soñaba con crear una religión esotérica que hiciera de la SS una “raza de amos”, y quería crear una suerte de Vaticano nazi en el castillo de Wewelsburg. Himmler y el argentino Richard Walther Darré (nacido en el barrio de Belgrano) fundaron en 1935 la Sociedad de Investigación y Enseñanza “Ahnenerbe” (Herencia ancestral), que pronto fue asimilada a la SS, con uniforme y todo.
La Ahnenerbe apenas contaba con algunos arqueólogos profesionales, pero lo que no faltaba eran ocultistas. Al principio se dedicó a recopilar textos, grabados y tradiciones folklóricas, pero en 1938 tuvo su propio Departamento de Excavaciones.
Buscando los orígenes de la raza aria, la organización realizó excavaciones en la isla de Rügen, en Prusia, en Suecia, Polonia y Checoslovaquia. Como para darle la razón a Indiana Jones, el escritor Otto Rahn (enrolado en la SS) visitó las ruinas del castillo de Montségur, último bastión de los cátaros, quizás en busca del Grial. Hubo expediciones a Medio Oriente, a Bolivia, y una al Tíbet, inspirada en las revelaciones de Mme. Blavatsky. No encontraron a la mítica Shamballah, pero se dedicaron a medir centenares de cráneos para definir la pureza racial. Otros grupos eran todavía más delirantes y pensaban que el origen de los arios había que buscarlo en la Atlántida o en esa Hiperbórea de la que hablaba hasta Nietzsche.
El plan de construcción de un pasado imaginario contaba con una rama que hoy llamaríamos “mediática”. Había revistas, museos y parques temáticos, con dioramas donde se mostraba a los ancestros germanos luchando contra las fieras paleolíticas. Muy populares fueron las películas de Lothar Zotz, como Llamas de la prehistoria o La Edad de Bronce alemana.
EL RASPUTIN DE HIMMLER
Si Hitler se había alimentado de ideas “ariosofistas” leyendo la revista Ostara, una vez llegado al poder no estaba dispuesto a tolerar a ningún grupo esotérico, y los persiguió a todos por igual.
El Reichsführer SS Himmler, en cambio, era muy propenso a lo oculto y sobrenatural. Himmler, a quien algunos definían como “un maestro de escuela inteligente”, puso todo su rigor obsesivo al servicio de un proyecto privado. Soñaba con crear una religión y una moral (diametralmente opuesta a la de las masas) para la elite SS. Tendría sus rituales, su templo y su seminario.
El arquitecto de todo este plan fue un personaje, entre siniestro y grotesco, llamado Karl Maria Wiligut (1866-1946). El fue el hombre que diseñó el emblema de la SS “calavera” y organizó los rituales de la SS.
Wiligut era un oficial austríaco, que había llegado a teniente coronel en la Primera Guerra Mundial. Se había retirado en 1919 con cuarenta años de servicio; era aficionado a la heráldica, la toponimia, las runas y el ocultismo. En un momento llegó a creer que podía recordar vidas anteriores, y descubrió que descendía de una estirpe de sabios prehistóricos, los uiligotis.
Con un poco de esfuerzo, Wiligot llegó a inventar una cronología que remontaba la civilización germánica nada menos que hasta los años 228.000 a.C. Pero como no era cuestión de deberle nada a List, imaginó para ello una religión llamada “Irminismo”, que a lo largo de la historia siempre había estado en lucha con los herejes wotanistas.
A comienzos de los años ‘20, Wiligut comenzó a sentirse víctima de una conspiración de católicos, judíos y masones, donde tampoco faltarían los wotanistas. Esto lo llevó no sólo a fundar sus propios grupos antisemitas sino a pasar tres años internado en el manicomio de Salzburgo, con diagnóstico de esquizo-paranoico.
Dado de alta, su fortuna dio un vuelco cuando un amigo lo presentó a Himmler. En una fecha tan temprana como septiembre de 1933 entró a la SS con el seudónimo Karl Maria Westhor. En unos meses era coronel y estaba al frente del Departamento de Prehistoria.
Aparte de su intervención en el diseño de emblemas y uniformes para la SS, Wiligut dirigió una gran investigación en la Selva Negra. Sus acólitos se pasaron meses sacando fotos de cualquier piedra en la que creían ver un rastro del genio germánico y redactando voluminosos informes.
Sus proyectos más ambiciosos fueron interrumpidos por la caída del Reich y murió de un infarto, cuando estaba internado en un campo de prisioneros.
Los delirios de Wiligut habían sido tan agudos como para despertar protestas en la propia Ahnenerbe, que para entonces ya había reclutado algunos profesores universitarios y profesionales de la antropología. Hubo quejas de que Wiligut había llenado el instituto de magos y astrólogos y de que su biblioteca casi no tenía libros científicos. Como ya no quedaban judíos, el coronel Westhor acusó a sus críticos de ser católicos y aun con eso, más de uno habrá caído en desgracia.
En su corta vida, la pseudo arqueología nazi había pergeñado algunas ruinas de supuestos templos arcaicos. También había consagrado aquellos lugares históricos donde los germanos habían derrotado a los romanos o donde habían sido reprimidos por los francos de Carlomagno.
Pero, sin duda, su obra maestra fue la que cometió en el yacimiento arqueológico de Biskupin, Polonia. Allí, los pseudo arqueólogos de la SS encontraron que los restos de un poblado de la Edad de Hierro no se ajustaba a sus teorías sobre la antigüedad de la expansión germánica y procedieron a destruir sistemáticamente las evidencias.

Como diría un psicótico, “si la realidad se empeña en contradecirme, que se prepare para lo peor. No me temblará el pulso para ignorarla”.