El negocio del marketing de la seducción alimenta la esperanza y la ilusión de miles de tímidos y loosers que todos los fines de semana vuelven solos y tristes a sus casas.Por $ 300 mensuales, estas academias enseñan cómo encarar a la mujer deseada y lograr el objetivo de máxima: llevársela a la cama –aunque sacarle un beso también es un logro–. Dicen que ellas tienen otra manera de sentir y comportarse, y recomiendan usar esas diferencias a favor: escucharlas, detectar señales y, sobre todo, no demostrar demasiado interés y mucho menos, avidez sexual inmediata.
Las clases, apuntan a promover el aprendizaje de las habilidades sociales que permitan utilizar la comunicación verbal y no verbal para poder besar y acostarse con una mujer. “Nosotros les enseñamos que las mujeres son otro género, que tienen otra manera de comportarse, son más emocionales”, expresó Herrera.
Para ello hacen hincapié en los llamados tests que permiten descifrar el nivel de comodidad que tienen las mujeres ante una situación de levante. Por eso aconsejan que si ellas no están cómodas dando la mano, tendrán muchas menos ganas de ser besadas. Otra recomendación consiste en realizar acercamientos previos como olerles el cuello, prestando atención a sus inmediatas reacciones.
Los profesores de seducción distinguen tres clases de alumnos: El “clásico langa”; los que siempre caen en la temida zona del “quiero que seamos amigos”; y el tímido que no encara y espera que ella lo encare.
“Los hombres tienen que hablar más de las emociones porque las mujeres, aunque sea sólo una noche, buscan intercambio de energía. No deben ser tan racionales ni decir el clásico: ‘¿Querés que te invite un trago?’ o ‘¡Qué linda que sos!’”, aconsejó Tabaschek. “Hay que escucharlas a ellas. Si una mujer dice: ‘Me olvidé de regar las plantas’, eso es una señal y hay que hablarle de plantas”, agregó.
Desafiando las creencias populares, para estos seductores las mujeres argentinas no son histéricas, sino que responden con una actitud defensiva y a veces agresiva ante el constante acoso y piropeo de hombres que fracasaron en sus técnicas para llevarlas a la cama.
Por eso, insisten en que lo importante “es no demostrar un interés sexual inmediato por la otra persona. Primero hay que lograr que ella entre en confianza con uno y que sea ella la que demuestre el interés. Recién en ese momento el hombre podrá recompensarla mostrándole el suyo”
Opina el master Cacho Castaña:“Hay que hacerse el desprotegido”
“Nunca me puse a pensar que una academia pudiera enseñarnos a los hombres a seducir a las mujeres. No creo que se pueda aprender mucho en el corto plazo, a lo mejor sí con el tiempo.”
“Pienso que seductor se nace, aunque tal vez estos cursos puedan ser útiles para aprender diferentes comportamientos sociales. Igualmente estoy convencido de que la que seduce es siempre la mujer. El hombre recién se tira a la pileta cuando está seguro de que va a ganar, y eso se intuye. Siempre dependemos de la mujer.”
“Para mí es necesario mentirle a la mujer para conquistarla porque eso es parte de la seducción. Cuando uno conoce a una mujer y te cuenta que le gusta el cine romántico hay que decirle que a uno también. Pasados los seis meses de relación hay que sincerarse y confesarle que nuestro amor por el cine romántico fue simplemente una herramienta para seducirla, que no cambiamos en nada, que somos los mismos que hace seis meses atrás.”
“Mi consejo a la hora de conquistar a una mujer es siempre hacerse el desprotegido, con eso la cosa puede caminar”.