El viernes pasado me di el gusto de conocer personalmente a uno de mis escritores preferidos, Pablo Capanna, al que vengo siguiendo desde hace años en las más variadas publicaciones y formatos.
Me prometió que proximamente va a abrir su propio blog y como si esto fuera poco me dedicó dos de sus libros: "El Señor de la tarde" y "Excursos" =)
Acá copio y pego algunos fragmentos de un artículo suyo sobre los raelianos: "El Club del Clon"
Dentro del arcoiris de movimientos religioso-empresarios que han florecido en el marco de la New Age, los raelianos se destacan por una suerte de fundamentalismo seudocientífico que ha puesto a la clonación en el centro de su doctrina. En el frente de su templo canadiense, se levanta un enorme bolillero de colores que representa la doble hélice del ADN.
Su fundador y Papa es el cantante francés Claude Vorilhon, también llamado Raël, Último profeta o Mensajero del Infinito. Pese a su proclamado ateísmo, él nos informa que "Räel" significa "luz de Dios." Además, el profeta fue concebido en la Navidad de 1945, como hijo de Yahvé y hermano de Jesucristo.
Vorilhon-Raël se inició como periodista deportivo, corredor de autos y cantautor, con el seudónimo de Claude Celler.
En 1973, cuando tenía veintisiete años y sólo aspiraba a correr en Fórmula 1, Raël tuvo un "encuentro cercano" en Clermont-Ferrand. Al pie de un volcán, encaró al habitual ovni plateado del cual bajó un hombrecito verdoso de ojos almendrados que le reveló el Secreto Final de la vida en la Tierra.
Dos años después los extraterrestres (ahora llamados elohim) accedieron a llevárselo en plato volador a conocer su lejano planeta. Allí le encomendaron difundir un mensaje de paz y predicar su regreso a Jerusalén en el año 2025, lo cual complicará todavía un poco más la situación del Medio Oriente.
Raël también pudo hablar con otros fundadores de religiones como Buda, Jesús, Confucio y José Smith, que viven en el planeta de los elohim. En la lista, sorprenden tanto la presencia de un filósofo como Confucio como la de José Smith, el padre de los mormones, de quien Raël también está dispuesto a apoderarse.
En los veinte años que siguieron a su revelación, sin dejar de cantar y de pasearse por las pistas de carreras con su Mazda Rx-7 Turbo, Raël se dedicó a organizar su religión. Escribió su propia Biblia, llamada El Verdadero rostro de Dios, que se vende on line. Según cifras oficiales, cuenta con más de 50.000 miembros en 84 países, con 25 obispos y 149 sacerdotes, y ha establecido su sede en Canadá. Su solidez financiera proviene de la "donación" del 10% de sus ganancias que aportan sus miembros, lo cual convierte al francés en algo así como la respuesta latina al desafío californiano.
Los Padres Clonadores
Si los primeros "arrebatados" por ovnis, en los años 50, hacían espeluznantes profecías sobre la energía nuclear, Raël está obsesionado por la biotecnología y desde 1997 por la clonación.
Raël nos revela que la palabra elohim, que al comienzo de la Biblia se usa para referirse a Dios, es un plural: nada nuevo para cualquiera que haya leído algo sobre el tema de los dos redactores del Génesis. Pero según el francés, el plural ha sido escamoteado por los malintencionados de siempre. Para él, "elohim" significa "aquellos que vinieron del cielo".
De aquí arranca el "creacionismo científico y materialista" de Raël. Tanto la Biblia como Darwin están equivocados. Nunca existió un Dios creador, pero tampoco hubo procesos evolutivos. Toda la vida (incluyendo dinosaurios, priones, hombres, rotíferos y osos panda) ha sido creada en laboratorio por los extraterrestres hace apenas 25000 años, y difundida repentinamente gracias a la clonación.
Sin embargo, aun suponiendo que los elohim se hubiesen tomado el trabajo de crear todas las especies, incluyendo las extinguidas, sólo para revelárselo a un corredor francés, el problema sigue abierto: ¿ Qué dios inteligente o qué evolución ciega ha creado a los elohim? ¿Por qué los animales y plantas son distintos, si todos han sido clonados de un mismo prototipo?
Pero Raël no se limita a proponer nuevas lecturas de la Biblia. Entre las "pruebas científicas" que ofrece, la más "fuerte" es la existencia del gen p53. Si existe en las células un mecanismo como este, destinado a impedir las mutaciones, dicen los raelianos, su mera presencia prueba que la evolución es imposible. Para su desgracia, se ha descubierto que el propio p53, antes vinculado con el cáncer y ahora considerado anti-oncogénico, es capaz de mutar.
Según Raël, todos los profetas, sabios y filósofos, han sido clonados por los elohim antes de ser retirados de la escena. Jesús resucitó como un clon de sí mismo y Raël también lo hará.
"¿Quién quiere morir a los 35 años?" pregunta el cincuentón Raël en sus seminarios. Como no hay Dios ni alma, la clonación es el único camino para la inmortalidad. Gracias a ella, pronto podremos levantarnos de la muerte con un cuerpo nuevo, con la misma sensación de quien despierta de un sueño reparador.
Claro está que aun hay algunos "pequeños" pasos por cumplir. En primer término, habrá que aprender a clonar personas adultas, y no embriones. Por si esto fuera poco, habrá que transferirles todos los recuerdos del donante; una idea que no es patrimonio exclusivo de personajes pintorescos como Raël. Pero aún estamos muy lejos de intentarlo siquiera.