Un médico alemán reúne en un libro las últimas palabras de más de 150 celebridades
La obra se titula 'Ya he cumplido mi misión aquí', última frase que se atribuye a Albert Einstein.
Marlene Dietrich se dirigió a un amigo antes de morir y le dijo: "Lo quisimos todo y lo conseguimos, ¿no es verdad?"
El médico alemán Hans Halter acaba de publicar un curioso libro que reúne las últimas palabras expresadas en el lecho de muerte por más de 150 personalidades conocidas, como el primer ministro británico Winston Churchill, quien al parecer se despidió con un "es todo tan aburrido..."
El libro se titula Ya he cumplido mi misión aquí, última frase que se atribuye al genio de la ciencia Albert Einstein, y entre las citas que incluye, figura la serena confirmación de John Lennon, "me han dado", poco antes de morir víctima de los disparos de un enajenado.
Halter, que como médico empleado en un hospital ha acompañado a muchos pacientes en sus últimos minutos de vida, asegura que mucha gente es capaz de resumir toda su existencia en su frase de despedida de este mundo.
Ese es el caso del escritor Oscar Wilde, un derrochador que siempre vivió rodeado de lujo y que en el lecho de muerte en un hotel parisino sorbía champán de una copa rodeado de sus amigos mas fieles. "Muero como he vivido, por encima de mis posibilidades", sentenció antes de morir.La actriz Marlene Dietrich, por su parte, dijo al amigo que la acompañaba en el dormitorio de su lujosa vivienda en París: "Lo quisimos todo y lo conseguimos, ¿no es verdad?".
Frases románticas
Otros se despidieron incluso con frases románticas de amor, como la leyenda del reggae Bob Marley, que murió de cáncer. "No llores, a mí me va a ir mejor y prepararé para ti un lugar en el paraíso celestial", dijo el cantante antes de cerrar definitivamente los ojos mientras le tomaba la mano su compañera Cindy.
Hans Halter ha constatado también, no obstante, que la muerte llega a veces de manera inesperada, de forma que no siempre puede uno preparar sus últimas palabras. Esto fue lo que le ocurrió al poeta galés Dylan Thomas, quién, justo antes de entrar en el coma que le causaría la muerte cinco días después, se dirigió a su amante y le espetó: "Me he bebido 18 vasos de whisky puro. Creo que es todo un récord".