En una entrevista con el Corriere della Sera del año 2001, Roger Waters anunció que lo que había separado a Pink Floyd fue la guerra por las Islas Malvinas entre Inglaterra y la Argentina. En esa época, Waters simpatizaba con la Dama de Hierro Margaret Thatcher, y David Gilmour, Mason y Rick Wright estaban de la vereda contraria.
En un diario israelí, ahora, Mason declaró: "Reencuentros como éste se tornan problemáticos desde un punto de vista organizativo, porque Waters está preparando un disco nuevo, al igual que Gilmour", cita un matutino porteño.
Sin embargo, Mason respondió que lo harían si hubiera un proceso de paz serio entre palestinos e israelíes. En cuanto al nuevo hecho de reunión, para el Live 8, Mason manifestó que todos estaban de acuerdo: "Roger llamó a David y lo convenció. Todo esto fue muy positivo, porque tuvimos poco de qué hablar en estos últimos diez años. No se puede continuar la tercera guerra mundial por toda la eternidad".
A Gilmour (59 años), Waters (60), Mason (61) y Wright (62) se los vio de maravillas. Pero lejos en el tiempo, aunque no en la memoria de los fans, está el disco The Final Cut, El Corte Final, que fue inspirado por hechos cercanos a los argentinos.
Se trata de una incursión al Roger Waters de entonces, pues la realidad le dejó una marca imborrable. Para Waters, el tiempo de Malvinas le despertó sus irresueltas emociones, y su creatividad con ellas. Roger empezó a trabajar en nuevas canciones inspirado, entonces, en la Guerra de Malvinas. Muchas canciones, consideradas antes débiles, tomaron fuerza con esos acontecimientos, resucitaron y se integraron al proyecto.
Pero Gilmour encontró una fría resistencia en Waters, que controló el nuevo álbum pensando en todo, hasta el arte de tapa. Dijo Gilmour que Waters se había convertido en un ser auto