
La escritura china fue introducida en Japón en la antigüedad. Esta escritura es un sistema de ideogramas y el japonés la aprendió sin comprender el significado de cada signo. Ocurre muchas veces que esos signos chinos se usan fonéticamente como significantes sin significado. Después, si hablamos utilizando esas palabras de origen chino cuyo significado no es muy claro, a veces no entendemos lo que quiere decir el otro: necesitamos saber qué signo chino usa. Lacan advirtió que si bien en Japón, como en todas partes, el sujeto está dividido por el lenguaje, uno de sus registros puede satisfacerse con la referencia a la escritura y el otro a la palabra. Creo que cuando hablamos utilizando muchos signos de origen chino, que corresponden a la escritura, expresamos una parte de nosotros que es intelectual pero poco emotiva; es una comunicación superficial y también represiva, ya que así uno puede reprimir la parte afectiva de uno y del otro. En cambio, sin utilizar ese tipo de palabras de origen chino, prácticamente podemos hablar como un niño, y ahí es otra persona que aparece. Aquella particular introducción de la escritura ha hecho muy fuerte la división entre uno oficialmente presentable y otro que, aunque sea un adulto, es un niño.
*ESCRITURA IDEOGRAFICA Y SUBJETIVIDAD-Por Hitoshi Oshima Master en Literaturas y Filosofías comparadas de la Universidad de Kioto y doctorado en la Sorbona. Fragmento de un reportaje realizado por Sergio Rodríguez el 12 de junio de 1990, incluido En la trastienda de los análisis.