May 22, 2007

EE.UU. reconoce, al fin, a Philip K. Dick

The Library of America concederá finalmente al autor de ciencia ficción una respetabilidad literaria de la que no gozó en vida.

Nueva York - Veinticinco años después de su muerte a los 53 años, el escritor de ciencia ficción Philip K. Dick ha logrado finalmente reconocimiento en Estados Unidos, su tierra natal, como un literato de extraordinaria imaginación. El 31 de este mes, The Library of America, una editorial sin fines de lucro que consagra al mejor talento de las letras de este país, reeditará cuatro de sus novelas de los años '60, un gesto que ha sido ampliamente apreciado por la crítica literaria mundial.
«Es difícil saber que habría pensado Dick al ver que este mes ha llegado, por fin, a la cúspide de la respetabilidad literaria», escribió recientemente el crítico de literatura de «The New York Times», Charles McGrath.

La colección incluirá «El hombre en el castillo» (1962), «Los tres estigmas de Palmer Eldritch» (1965), «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?» (1968, la novela que pasó al cine como «Blade Runner») y «Ubik» (1969), todas editadas en lujoso formato.
Aclamado en vida por contemporáneos como Robert A. Heinlein o Stanislaw Lem, Dick tuvo sin embargo poco reconocimiento del público antes de su muerte, pese a que siempre soñó con ser considerado un escritor «serio», no un lunático o una figura de culto para los consumidores de revistas «pulp». Un consumidor asiduo de anfetaminas -dicen algunas biografías que llegó a tomar hasta 1.000 píldoras por semana-, Dick desarrolló una paranoia tal a principio de los años '70 que llegó a escribir una carta al FBI en la que denunciaba que los académicos y críticos literarios eran agentes infiltrados de la KGB que querían apoderarse del género de ciencia ficción de EE.UU.

Pero, más allá de sus frecuentes alucinaciones -o quizás por ello-, Dick tiene el crédito de ser un pionero de la interrelación de los géneros de ciencia ficción y la «realidad enigmática», algo que ha sido apreciado de manera mucho más quieta y sostenida en el tiempo en el mundo del cine.
Ocho de sus historias han sido adaptadas a la gran pantalla, la más reciente de éstas su relato corto «El hombre dorado», convertido en el film paranormal «Next» por el guionista Gary Goldman, recién estrenado a fines del mes pasado en EE.UU.. Dirigida por Lee Tamahori, la película está protagonizada por Nicholas Cage en el papel de un mago que puede anticipar lo que pasará en los próximos dos minutos de su vida, y Julianne Moore, una agente del FBI que lo quiere reclutar para que la ayude a desarmar un plan terrorista.
Entre otros varios cuentos, «Impostor» sirvió de base para un film homónimo de 2002, así como «Paycheck» (2003, estrenado en español como «El pago») y también se basaron en obras suyas «El vengador del futuro» de 1990 o «Sentencia previa» (sobre «Minority Report»)
Pero su historia más conocida a través del cine es precisamente una de las que se ha incluido en la colección literaria honorífica, «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?», que Ridley Scott transformó en su film de culto «Blade Runner». Clásico de la ciencia ficción y antecedente de lo que se conoce como el subgénero «cyberpunk», «Blade Runner» cumple este año un cuarto de siglo, que se celebrará con el lanzamiento de un DVD que contiene la versión completa del director.

Dick murió cuatro meses antes del estreno del film y al principio le había manifestado a Scott su descontento por la forma en que se estaba «novelando» su historia, pero finalmente aceptó la adaptación tras un cambio de guionista.