Una leyenda del rock no puede morir. Al día siguiente de su fallecimiento, el 16 de agosto de 1977, Elvis Presley comenzó a realizar apariciones en todos los rincones del planeta. A finales de los años 80, había sido visto en Kalamazoo, Michigan, comiendo una hamburguesa.
La leyenda urbana, lanzada por el tabloide estadounidense de noticias delirantes Weekly World News, recorrió rápidamente todo el planeta y desde entonces las visiones del rey del rock'n'roll no han hecho más que sucederse.
Algunos lo han visto en una caravana en Louisiana (sur), en Osaka en Japón tomando cursos de danza del vientre, en República Checa conduciendo un tranvía o comprando zapatos de gamuza azul en Gran Bretaña.
Pero el testimonio que más se repite en innumerables sitios consagrados a las apariciones de Elvis se refiere a encuentros en cadenas de comida rápida en todos los rincones del planeta, desde Sydney hasta Los Ángeles, pasando por Bruselas y Kalamazoo, Michigan (norte).
No hay pruebas, pese a una recompensa de 3 millones de dólares ofrecida a quien pueda aportar elementos concretos de que Elvis aún vive.
Esta recompensa, muy en serio, es ofrecida por el grupo de apuestas británico William Hill, ante la iniciativa del realizador de un documental bautizado 'La verdad sobre Elvis' que será estrenado próximamente.
Treinta años después de su muerte y cuando Elvis tendría hoy 72 años, una cantidad considerable de estadounidenses sigue convencida que 'El Rey' no está muerto. Según un sondeo de CBS, aproximadamente un 7% de los estadounidenses cree que está vivo, lo que representa casi 20 millones de personas.
Los adeptos a la teoría del complot defienden teorías de todo tipo para explicar que Elvis habría simulado su propia muerte. Algunos afirman, por ejemplo, que la leyenda del rock se beneficiaría del programa de protección de testigos y trabajaría para la Agencia estadounidense de Lucha contra la Droga (DEA). Por eso, tendría que viajar por todo el mundo, lo que explicaría todas estas visiones.
Como pruebas irrefutables de la manipulación, citan varios indicios: su segundo nombre está mal escrito en su tumba (Aaron en vez de Aron), el ataúd era demasiado pesado -o demasiado ligero, según las versiones-; a diferencia de lo que acostumbraba hacer, no habría encargado trajes para su nueva gira; y había cantado 'Blue Christmas' poco antes de su muerte, en pleno verano, como manera de advertir a sus fans.
Tampoco faltan quienes plantean la hipótesis de un secuestro extraterrestre o quienes dan rienda suelta a su imaginación.
"Vi a Elvis en el comedero de aves detrás de mi casa. Me aseguré que hubiera granos para todos y les desée buena suerte", cuenta un internauta.
"Esta mañana fui al museo de cera y estoy seguro de haber visto a Elvis. Se mantenía muy inmóvil para hacerse pasar por una figura de cera, pero no me dejé engañar", sostiene por su parte Beavis, de Wadsworth, en Ohio (norte).
Un fanático británico está firmemente convencido de que tras una experiencia de clonación existen en realidad miles de Elvis. Explica que uno de ellos le contó que cada clon podía ser 'El Rey' durante un día, pero que debido a un retraso de los clones del 15 y 16 de agosto de 1977, el clon del 14 de agosto quiso quedarse más tiempo y sufrió un fin trágico. Los miles de clones restantes se reconvirtieron entonces como sosías.
Y hay un último indicio. El nombre de Elvis es el anagrama de 'Lives': él vive.