August 23, 2006

Un estudio realizado por una neuróloga norteamericana comprobó las diferencias de personalidad entre hombres y mujeres a partir del cerebro. La emocionalidad de ellas y el pragmatismo de ellos
Una neuróloga norteamericana editó el libro The Female Brain, (El cerebro femenino) y concluyó, entre otras cosas, que las mujeres hablan 20 mil palabras por día mientras que los hombres sólo siete mil.
En compensación, los hombres piensan en el sexo cada 52 segundos mientras que ellas una vez al día. Si bien abundaban los chistes al respecto, nunca antes un estudio neurológico lo afirmaba. Las bebas, de hecho, comienzan a hablar antes que los bebés varones.
Louann Brizendine estudió la diferencia entre los sexos desde el cerebro, y la cantidad que hablan es sólo una de las distinciones. En otro punto, ellos se ponen ansiosos al fin de un "proceso" interno, ellas lo demuestran al instante.
Las mujeres comprenden al instante cuando algo no funciona, cuando duele o hace daño, ellos sólo cuando ven lágrimas.
Además, las muchachas recuerdan los detalles, ellos no; ellas se orientan en la noche, ellos precisan la dirección exacta donde deben ir.
La especialista advierte que pelear no sirve, y menos competir, porque estas distancias entre ambos son una cuestión de neuronas. De modo que hay que olvidarse de grandes lecciones de emocionalidad para ellos o de sermones de pragmatismo para ellas.
En suma, la tesis de Brizendine es que los sexos tienen diferencias desde el cerebro. El de las mujeres es más liviano: pesa cien gramos en promedio menos que el masculino, pero que no implica el peso que resulten menos inteligentes, pues el número de células es el mismo, sólo cambia la densidad de éstas.

"Por la resonancia magnética se descubre que las mujeres tienen una especie de ruta directa para desentrañar emociones, mientras los hombres tienen como si fuesen rutas de tierra, de ripio, rurales", explica. "El porcentaje de neuronas en el área del cerebro asociada a las emociones y a la memoria es mayor en las mujeres, un 11%", añadió.

Las mujeres en general recuerdan mejor los eventos de su propia vida y son más capaces de intuir las emociones de los otros, de intuir lo que ocurre a su alrededor.

Los hombres, en cambio, son los que llevan la bandera del autocontrol. En la corteza anterior es que se ubica, y en las mujeres es más activa pero porque allí se activa el ansia y el estrés. El resultado es que el cerebro femenino percibe pequeños inconvenientes como catástrofes y en el hombre se advierten los peligros sólo físicos, que pueden provocarles una reacción similar.
En cuanto al sexo, los hombres piensan más en ello por la cantidad de testosterona que poseen, que en el cerebro femenino es de 10 a 100 veces inferior. Lo que sí hace a la diferencia, y aquí radica la magia para ellas, es el poder de un abrazo: 20 segundos de estímulo les producen a las chicas la oxitocina, hormonas de la atracción, concluyó el reporte en Corriere della Sera.
En suma, dice la científica, ser mujer implica tener una enorme e invisible antena para comprender el mundo, constantemente atentas a las emociones y necesidades a su alrededor.
Brizendine estudió los cerebros de adolescentes, fetos y abuelas, y afirma que en todos los casos los sesos de las mujeres son máquinas creadas para la conexión, que les permitieron predecir qué precisan su ambiente, sus hijos o sus hombres.