“en 1973, durante uno de los momentos cruciales del escándalo watergate, un asiduo de la casa blanca reveló que desde hacía años el presidente nixon grababa todas sus conversaciones sin que sus interlocutores lo supieran. apenas resonaba una voz en el salón oval, las grabadoras se ponían en marcha. este episodio escandalizó a los estados unidos pero contrariamente, despertó en philip una corriente de simpatía hacia su viejo enemigo. lo que para la opinión pública era una técnica de extorsión, para philip era el signo de una inquietud que él conocía bien: nixon, pensaba, no quería conservar registros de lo que decían sus visitantes: quería registrar lo que podía llegar a decír él. se vigilaba a sí mismo tanto o mas que a los demás. phil se preguntaba: ¿escuchaba esas grabaciones o le bastaba saber que existían?¿se grababa a sí mismo mientras las escuchaba?”
“el origen de todo mal, pensaba dick, estaba en replegarse sobre sí mismo. un esquizoide piensa más de lo que siente. posee del mundo y de su discurso una comprensión puramente intelectual, abstracta, una reducción atomista a un conjunto de elementos que nunca se plasman en una emoción o un sentimiento reales. pertenece a la clase de personas que nunca olvidan que están compuestos en un 90 % de agua, o que lo que llaman su cuerpo es en realidad el módulo de supervivencia de sus genes”
(de “yo estoy vivo y ustedes están muertos”, biografía de philip k. dick por emmanuel carrere)