Satanas: ?Que pides a cambio de tu alma?
Hombre: Exijo riquezas, posesiones, honores y distinciones.... Y tambien
juventud, poder, fuerza y salud... Exijo sabiduria, genio, prudencia... Y
tambien renombre, fama, gloria y buena suerte... Y amores, placeres,
sensaciones... Me daras todo eso?
Satanas: No te dare nada.
Hombre: Entonces no tendras mi alma.
Satanas: Tu alma ya es mia. (Desaparece)
Papini sostenia la imposibidad de los contratos infernales. El diablo - decia- no necesita complicadas clausulas para capturar almas. Y cabe suponer que un hombre tan estupido como para renunciar al cielo a cambio de unos años de fortuna ya esta perdido antes de firmar nada.
Pero es posible que algunas de nuestras conductas sean -secretamente- la suscripcion
de un acuerdo. Quizas muchos de nosotros hemos vendido nuestra alma al
diablo, al precio miserable de sentirnos satisfechos de nuestra integridad.
Creo que los demonios andan cerca. Ya no tienen para nuestra desgracia, el horrible aspecto que antaño daba una cierta lealtad a su malevolencia. Ahora se nos aparecen amables y sonrientes, cuando no angelicales.
Es dificil, muy dificil, reconocer al diablo, adivinar de que modo hemos
firmado e imaginar que clase de infierno nos espera.
Me gustaria pensar que las almas puras alcanzan a percibir unas palidas
señales. Y asi como muchos pactan sin saberlo, otros, sin saberlo, no
pactan.
El cielo nos proteja de los demonios, de sus empleados, de sus victimas
y de los malvados que viven convencidos de su bondad. (A. Dolina)