"El arquetipo es una fuerza. Es autónomo y puede apoderarse de nosotros de un modo repentino. (...) Es la organización biológica de nuestro funcionamiento psíquico, del mismo modo en que nuestras funciones biológicas y fisiológicas responden a un modelo. (...) El hombre tiene un modelo, una forma que lo hace específicamente hombre; nadie nace sin ella. Somos profundamente inconscientes de estos hechos puesto que debido a nuestros sentidos vivimos hacia el exterior de nosotros mismos. Si el hombre pudiera mirar dentro de sí mismo lo descubriría. (...) Este aspecto de la personalidad humana, inhibido en la mayoría de los casos por el hecho de su incompatibilidad con la imagen que se tiene de uno mismo, no se compone solamente de rasgos de carácter negativos, sino que representa del mismo modo la totalidad del inconsciente: casi como regla general, es la primera figura con la que el inconsciente se presenta a la consciencia. (...) Ignoramos lo que es un arquetipo -es decir, de qué está compuesto- porque la naturaleza de la psique no nos es accesible, pero sabemos que existen arquetipos y que provocan una serie de efectos. Cuanto mejor comprendamos los arquetipos, participaremos más en su vida, y aprenderemos mejor su eternidad e intemporalidad".
Carl G. Jung "La vida simbólica"