February 14, 2006

Y esto lo encontré buscando "john wilkins":

Se suele considerar a Leibnitz como padre de la idea de "lengua universal".
Publicó en 1666 su "Pasigrafía, o arte de hacerse comprender por una
escritura común por todas las naciones de la tierra, por distintas que sean
las lenguas que hablan, con sólo conocer estos signos comunes". El texto
estaba en latín, e inspiró a muchísimos otros que se atrevieron a crear
estos sistemas engorrosos. Leibnitz era partidario de utilizar como símbolos
los algebraicos.

En 1668,el obispo inglés John Wilkins publicó su grandioso intento de
pasigrafía, "Ensayo sobre el verdadero carácter y lenguaje filosófico". En
él, las ideas y sus signos respectivos están ordenadas por especies y
divididas en clases, de lo general a lo particular. A partir de esa época,
se publicaron muchos intentos, como el de Dalgarno, el del célebre
Anastasius Kirchner, que tocaba todos los palos (1665), Peter Porele (1667),
J. Upperdorf (1680), y Andreas Müller (1681), que tuvo la idea de crear una
lengua universal basada en la china y en sus signos de escrituras. Otras
obras fueron las de el jesuita Besuier (1684), Caramuel von Lobkowitz
(1687) y David Solbrig (1725). En 1772, el húngaro Kalmar de Taboltzafo
redujo en su obra el conjunto de todas las ideas humanas a unas 500
fundamentales y comunes, para expresar los cuales utilizaba signos escritos
tomados de todos los pueblos, pero principalmente los de la lengua malabar.
Dominar esta pasigrafía, como cualquiera de las anteriores, era tarea casi
sobrehumana.

Siguieron aún los trabajos de C. G. Berger (Berlín, 1779), Delormel (1795),
la pasigrafía de Vater (1795), la de M. de Maimieu (1797), basada en la
numeración de las palabras, idea que ya se remontaba a algunos trabajos del
siglo anterior, y las obras de M. Budet y M. Chambry de la misma época.
Ninguno de estos intentos fructificó tampoco... y me parece que no voy a
poder citar todos los que existieron ni siquiera por su nombre, pues esto se
alargaría demasiado. Veamos. Sicard, célebre enseñante de sordomudos, creó
una pasigrafía basada en sólo 12 signos que él llamó "notas". Otro trabajo
interesante fue el de Wolke, de 1797. A partir de esta época aparecieron
bastantes trabajos como este último, basados en diccionarios políglotas con
las páginas y las palabras numeradas, con la idea de que comunicarse a base
de estos números. Los libros eran tan engorrosos como el manejo del sistema.

Entre los muchos autores del siglo XIX citaremos al barón de Gablenz, cuya
obra, llamada nada menos que "Gablenzografía y Gablenzolalia" parece que fue
una de las más completas... la Gablenzolalia ya era una especie de balbuceo
de lengua hablada, no sólo escrita, y basada sobre todo en palabras
monosílabas; pero era imposible dominarla. Otro autor de la época fue el
español Sinibaldo de Mas, que seguía por el camino de todos sus
predecesores, intentando representar las ideas por signos sin intentar crear
una lengua hablada. También se publicaron en esta época los trabajos de
Anton Bachmaier, Moses Paic y Albert Walter, como más destacados por su
relativa lógica y sencillez.

Don Sinibaldo de Mas había tomado para cada "idea" un signo, prestado del
sistema musical. El signo fundamental es una corchea, y en función de su
altura sobre el pentagrama representa un sustantivo, verbo, adjetivo,
etcétera, y con otros matices musicales va exponiendo todas las formas de la
gramática. Este sistema puede parecer sencillo a primera vista, pero pronto
se descubre que es demasiado complicado para su uso universal.
Moses Paic, serbio de Zemlin, publicó al año siguiente su "pasilalia y
pasigrafía". Se sirvió únicamente de cifras para representar todas las
palabras según sus ideas elementales, de tal modo que cada palabra concreta
aparece siempre representada por una cifra concreta. Así pues, utiliza los
signos numéricos del 1 al 999 para todas las flexiones gramaticales; los
números que empiezan por 1000 son los signos pasigráficos de las ideas. Los
significados adicionales de una idea común, las variantes y derivaciones de
las palabras, se forman por suma de varios números al número de la idea, con
signos de adición y substracción. Así, por ejemplo, 3243 significa la idea
común de "compra", y entonces 3243 + 10 = comprador, 3243 + 13 = el
comprador, 3243 + 101 = los compradores, etcétera. Para crear la pasilalia,
pues nada más fácil, aplicando determinadas sílabas a los signos numéricos y
algebraicos. 3243 + 10 = comprador = "fegimanos", 3242 + 20 = compradora "fegimenos", 3243 + 40 = lo comprado = "fegimonos", etc, etc.

Otro sistema basado en cifras fue el de Bachmaier, con una gramática muy
simplificada. Llegó a llamar la atención de los gobiernos, e incluso se
preparó un congreso internacional; pero acabó por fracasar como todos los
anteriores y muchos más. El defecto común de todos ellos era su complicación
y que estaban demasiado apartados de las lenguas naturales; de hecho, tal
como hemos visto, casi ninguno de estos sistemas estaba pensado para ser
pronunciado o pronunciable.


EL SOLRESOL DE FRANÇOIS SUDRE

Es discutible que el solresol haya sido la primera de las lenguas
artificiales, pero lo que nadie dudará es que es la más divertida de todas.
Imaginaos a un caballero vestido de decimonónico que entra en una tienda y
saca una ocarina y toca con gran sentimiento: "re-mi-la, re-do-do,
la-sol-re-fa, la-do-la-do" que
en solresol significa literalmente "Deme un metro de muselina". Pues así era
la cosa, palabra de honor, y como suena. Es una lengua basada en las notas
musicales, que se puede escribir por los nombres de las notas pero está
pensada para ser tocada con un instrumento, silbada o tarareada. Jean
François Sudre (1787-1864) llevó hasta sus últimas consecuencias la idea de
que la música es el lenguaje universal; su lenguaje llamó mucho la atención,
se interesaron por él algunos gobiernos, sobre todo para usos militares,
llegó a tener miles de hablantes (o "cantantes") y todavía tiene seguidores
(del orden de una docena). No sé lo que daría por poder presenciar una
conversación en solresol, si es que existe alguna grabada o filmada, pero
sin duda que sería un espectáculo inenarrable. Idealmente, entre Harpo Marx
y algún representante del grupo Les Luthiers.
Ya que digo usos militares, los que hemos hecho la mili sabemos lo que es
oír una musiquilla que significa que hay que levantarse (no pondré la
partitura, pero la letra no oficial empieza: "quinto, levanta, tira de la
manta..."), o que es la hora del rancho (letra popular: "para cuatro
garbanzos que nos van a dar...") y otras que significan "derecha",
"izquierda" y otras cosas igualmente marciales y variadísimas. Es también un
lenguaje musical, pero podría decirse que no es doblemente articulado como
las lenguas naturales y como el solresol, sino que es más bien un código.

Gramática y diccionario de Solresol:

http://freewebhosting.hostdepartment.co … rdd_c.html

Un artículo muy interesante (en inglés) :
http://www.forteantimes.com/
articles/145_solresol.shtml