Arriba Li, lo adherente, el fuego
Debajo Tui, lo sereno, el lago
Solución general: El fuego tiende hacia arriba, el agua hacia abajo, es decir, los dos trigramas tienen movimientos antagónicos. Cuando en nuestro interior nos hallamos divididos, no podemos realizar obras importantes porque nuestras fuerzas no actúan de común acuerdo, sino en oposición.
El fuego y el agua no se mezclan. Así tampoco el noble, aunque se junte con la gente vulgar, se mezcla con ella. Es decir, aunque vivamos con gente vulgar, llena de defectos, debemos permanecer interiormente separados de ellos. No debemos permitir que sus vulgaridades se mezclen con nuestra nobleza de espíritu. Nos rodee quien nos rodee, siempre debemos permanecer fieles a nosotros mismos.
Mutación de la línea 1:
Si alguien que es de los nuestros se aparta de nosotros debido a un malentendido, volverá si no lo perseguimos, volverá cuando vea que no intentamos forzar su conducta.
Mutación de la línea 3:
Hay momentos en los que parece que todo se ha vuelto en contra de uno. Es como si todo el mundo se hubiera conjurado en contra de nosotros. Eso frena cualquier cosa que hayamos emprendido, y nos sentimos insultados, heridos, e injustamente tratados.
Mutación de la línea 5:
Tenemos el deber de colaborar con quienes son afines a nosotros.
Mutación de la línea 6:
Debido a actitudes internas, no sabemos distinguir a personas afines a nosotros y nos mostramos hostiles con ellos. Cuando nos damos cuenta de nuestro error, todo esto se soluciona.