Tookie Williams, condenado a muerte por homicida, pasó en prisión a militante por la paz. Schwarzenegger le negó el indulto.
Hasta último momento, quienes ayer estaban a favor de Stanley Tookie Williams –o en contra de la pena de muerte– tenían esperanzas. Pero el gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, rechazó el pedido de clemencia y hasta el cierre de esta edición todo indicaba que el ex jefe pandillero recibiría la inyección letal en la penitenciaría de San Quintín, al norte de San Francisco, un minuto después de la medianoche local. Horas antes de que Schwarzenegger tomara una decisión, un testimonio en defensa del acusado fue transmitido al gobernador. En un primer momento se pensó que el documento podría exonerar al condenado y cambiar el curso del caso. Pero sólo en un primer momento. Tookie fue condenado en 1981 por el homicidio de cuatro personas en 1979 y fue uno de los fundadores de la famosa pandilla “Crips” de Los Angeles. Desde su condena, siempre se declaró inocente.
El caso de Stanley Williams, fundador de una pandilla de Los Angeles en 1971 y condenado a la pena capital en 1981, es y será sensible por la personalidad del ejecutado, quien siempre defendió su inocencia y que desde la prisión se convirtió en militante contra la violencia, escribió libros para niños y hasta fue propuesto en varias oportunidades para el Premio Nobel de la Paz y de Literatura.
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, dijo “no haber encontrado ninguna justificación para otorgar la clemencia” después de “estudiar la evidencia, investigar la historia, escuchar los argumentos y luchar con las profundas consecuencias”. “Los hechos no justifican invalidar el veredicto del jurado o las decisiones de las cortes en este caso”, agregó el gobernador, quien era la única persona que podía impedir la ejecución de Williams.
Con 51 años, encarcelado en San Quintín, cerca de San Francisco, Williams recibió el apoyo de las organizaciones de defensa de los derechos humanos como Amnesty International, de responsables religiosos como Jesse Jackson y celebridades como el rapero Snoop Dogg, Bianca Jagger o los actores Jamie Foxx y Danny Glover.
Durante el fin de semana fue divulgado un testimonio que dio esperanzas a los defensores del condenado. Un ex detenido afirmó que un compañero de celda que testificó contra Williams durante su proceso habría recibido para ello informaciones de los investigadores y se cree que pudo haber imitado la escritura de Williams para fabricar pruebas en su contra. Los abogados de Tookie esperaban que ese testimonio pudiera exonerar al condenado y cambiar el curso del caso, que movilizó a miles de personas en Estados Unidos. Pero no tuvieron éxito.
La más alta instancia judicial de California denegó el mes pasado una revisión del caso que llevó a Williams a la pena máxima. El fiscal que obtuvo la condena de Williams en 1981, Robert Martin, dijo el domingo en la televisión estadounidense que el ex líder pandillero no merece clemencia porque “nunca se mostró arrepentido por haber matado a cuatro personas a balazos durante dos robos”.
Esta no es la primera vez que “Terminator” tiene que decidir sobre la vida de un preso sentenciado a muerte. En enero de este año, Donald Beardslee recibió una inyección letal tras ser encontrado culpable por el crimen de dos mujeres en 1981. Fue condenado a muerte tres años más tarde. Así, Beardslee, con 61 años, se convirtió en el primer ejecutado en California bajo la gestión del gobernador Schwarzenegger.